Este verano, Yamato ha vuelto al cole. Concretamente, al CEIP Mayor Zaragoza de salobreña (Granada), donde del 11 al 13 de julio se ha celebrado la 3ª Edición de las Jornadas de Rol Salambina. Ha sido el primer año que asistimos y esperamos que no sea el último, porque la impresión ha sido más que buena. Partidas de rol de toda temática, tanto de día como entrada la noche, juegos de mesa, torneos de Dominion y Catán, una amplia ludoteca, talleres para todos los gustos (de arco, lectura de runas, confección de escudos, decoración de cajas...) y coreografías de lucha vikinga, entre otras muchas actividades.
También había dos tiendas bien surtidas, Orion y Tesoros de la Marca, que estuvimos saqueando convenientemente. Y, de paso, aprendimos a jugar a Espada Negra, un juego de cartas y apuestas sencillo y rápido que organizaba partidas de demostración y un torneo.
Y, hablando de demostraciones, cabe destacar las de Diez Negritos, el próximo juego de Peká Editorial, basado en la novela de Agatha Christie, que venían de la mano de su ilustradora, Esperanza Peinado, que además de una artistaza es miembro de nuestra asociación.
Por otro lado, Miguel Ángel López organizó varias partidas de rol de Shan-Hu y Sin Piedad (Llega el Dragón y Mercenarios de la Muerte), juegos de los que es autor.
Fueron además, unas jornadas solidarias, donde los asistentes reunieron alrededor de 130 kg de ayudas en productos básicos para la Operación Salambikilo. Como señaló unos de los organizadores en la ceremonia de clausura, había más kilos de ayuda que personas esperando un premio en el sorteo final. Que por cierto, fueron unas risas durante las cuales todo el mundo se llevó algo, aunue fuese, a la deseperada, la cajita decorada donde guardaban los números.
Y todo esto, con la playa a un paseo, para reunirnos al final del día con los amigos de Granada y disfrutar del mar, la luna llena y la buena compañía.
Y es que la compañía era inmejorable, no sólo por reencontrarnos con buenos amigos sino también por la gente nueva que hemos conocido. El ambiente de estas jornadas es estupendo y todo el mundo se relaciona entre sí. Cosa que, además, fomentan los organizadores que, a pesar de no parar en los tres días (y lo que llevaban de antes, que todos sabemos lo que supone montar unas jornadas) siempre estaban sonrientes y dispuestos a ayudar. Así que nada, que muchas gracias por todo y nos vemos el año que viene.
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